Si yo pudiera retroceder el tiempo regresaría a la tarde esa en la que fui a tu oficina a pedirte algo que necesitaba, ya no recuerdo qué, un papel, una firma, qué se yo. Regresaría a esa tarde y al encontrarme frente a tu puerta, en lugar de hacer girar la manigueta y entrar, preguntándote, es usted el señor Santizo, seguiría de largo por el pasillo iluminado con esa luz blanca de hospital, hasta llegar a la escalera puerca de institución pública, bajaría los tres pisos, me despediría del conserje y me largaría para no volver jamás. En lugar de sentarme frente a tu pupitre y sonrojarme un poco cuando te vi mirándome las tetas con disimulo, entraría en el casino de la otra esquina, jugaría al black jack y me ganaría veinte mil dólares que emplearía en comprarme un pasaje y un guardarropa para unas maravillosas vacaciones en el caribe. En vez de estrechar tu mano como quien no quiere la cosa al despedirme y darme la vuelta cuando me pediste mi pin del Blackberry poniéndote a las órdenes por si yo necesitaba algo más, entraría a mi casa, mandaría a la mierda a mi mamá y me iría al salón de belleza a teñirme el pelo de rojo, porque tú odias a las pelirrojas y yo ya no quiero ser yo.
¡Ayyyy! Sentí tristeza.
ResponderEliminarweeee! gracias por comentar silvia! eres mi primer comentario!!!! y por eso te haces acreedora a un premio consistente en una copa de vino que tomaremos próximamente!!!!
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